Los argentinos estamos transitando un campo totalmente minado, las actitudes que estamos tomando son confusas, contrapuestas, en algunos casos irresponsables e infinitamente peligrosas, ¿Por qué decimos esto? Llevamos tres meses de un gobierno que trata de ser coherente en sus propósitos pero solo nos demuestra ser bicéfalo en su conducción y proceder, con intereses contrapuestos, por un lado tenemos al Presidente Alberto Fernández que con buena fe y voluntad pero con lentitud y pocas fuerzas leales pelea por salvar la situación y a su vicepresidenta que esta al acecho de su caída. El Presidente que trata de gobernar haciendo un difícil, complejo y confuso equilibrio sobre una cuerda que a ambos lados tiene el abismo donde se encuentran quienes están esperando que sus errores, lo lleven al fracaso para ellos volver a ser gobierno. Ambos, Cristina Fernández y Mauricio Macri solo son fracasados ex Presidentes que guardan en su conciencia un gran resentimiento acumulado por la suma de torpezas, errores, fracasos y delitos que se cometieron en sus administraciones que con inadmisible y altanera soberbia tratan de ocultar.
Pareciera que un profundo fatalismo subyace en nuestro subconsciente, que nos estaría obnubilando el pensamiento, por favor pongámonos de pie, reaccionemos un vez por todas, desechemos definitivamente a los causantes de nuestros males y desgracias ellos ya fueron, los conocimos, los padecimos y también sabemos de su encubierta hipocresía y perversa falsedad.
El cúmulo de gravísimos problemas que enfrenta el Presidente requieren que tenga templanza, coherencia y con inteligencia, firmeza y voluntad los encare, sin prestar atención y apartando de su camino a estos dos fracasados y su legión de necios seguidores que su intolerancia les impide advertir que lo que esta en juego es la República.
Todos los problemas que enfrenta le exigen que explicite cual es el derrotero que tiene por objetivo a transitar, se lo reclaman sectores de la población que viven en la pobreza, niños sin voz que sufren hambre, abandono y falta de educación, aquellos que carecen de trabajo, empresas en virtual estado de quiebra, Economías Regionales y Pymes que se encuentran sin conocer un rumbo cierto que los oriente, ancianos que solo piden que los consideren y no le apuren su partida, empresas a la espera que se fijen pautas que les permitan desarrollar sus planes de inversión, ciudadanos libres pensadores que solo aspiran a que se encuentre el camino a la verdad, la justicia y el crecimiento equitativo y sostenido.
En esta misma situación tenemos a inversores de buena fe que invirtieron en nuestros títulos y que ahora advierten cansados y decepcionados que están ante la disyuntiva de confiar en que les paguemos poco y de a poco o la opción de darse por vencidos y vender a precio vil esos títulos a los fondos buitres que están a la espera de la rendición de quienes resultaron victimas de nuestra irresponsable y culposa insolvencia y ser devorados por estos depredadores apartidas.
Indubitablemente debemos enviar señales, claras, ciertas y realizables, tanto para el frente interno como para nuestros acreedores externos, que sepan estos últimos que vamos a honrar nuestras deudas, pero que tengan en cuenta que también es indubitable que existió una responsabilidad compartida entre acreedores y deudores, ya que las tasas de interés pactadas son el reflejo de lo riesgoso que puede resultar su cobro. Esto esta reflejado y cuantificado en el riesgo país, en definitiva así son las reglas de este juego en el que todos aparentan ingenuidad y sorpresa, paro que todos conocen y aceptan. En cuanto al FMI esta implícito que sus directivos incumplieron normas establecidas en sus estatutos en connivencia con nuestros negociadores.
A este cúmulo de adversidades que aquejan a la república, ahora débenos sumar el coronavirus que esta provocando el derrumbe de todos los mercados mundiales con sus severas implicancias. Desde luego que esto afectará a nuestras exportaciones con el consiguiente deterioro de nuestra economía, pero en cuanto a la negociación de la deuda externa sin duda nos beneficiará ya que dentro del contexto de los mercados de deuda esta circunstancia nos facilitara su negociación.
En conclusión: estas desdichas deben llevarnos a la reflexión y dejar para la historia nuestros viejos antagonismos y unirnos, solo así podremos tener el sustento y la confianza que nos permita lograr una negociación consensuada y exitosa, ello implica y requiere de un plan integral que alcance y contemple el problema en todo su universo. ¿Qué significa esto? El Presidente y su equipo ya y sin demoras deben afrontar la crisis en todos sus frentes, desechar viejos axiomas políticos, económicos y sociales ya obsoletos e ineficientes que nos llevaron al fracaso, deben tomar el ejemplo del Presidente Frondizi que abandonó antiguos dogmas para afrontar el futuro, deben tomar conciencia que cabalgan un caballo desbocado, que expliciten que harán, cuando y como, se lo demanda la realidad en la que todos nos encontramos de lo contrario todos seremos arrastrados al abismo del que por años permaneceremos. En las monarquías los súbditos dicen: «Dios salve al Rey», en las repúblicas los ciudadanos decimos: «Dios ilumine al Presidente».
Buenos Aires 10 de Marzo de 2020.
DIEGO LO TARTARO PRESIDENTE de IADER