La Argentina es un muro de lamentos donde todos acudimos a llorar nuestras endémicas crisis que alcanza prácticamente a casi todas las capas sociales con excepción de algunos bienaventurados políticos, jueces y sindicalistas corruptos junto a empresarios prebendarios que viven y se sirven de un estado que les garantiza prosperidad y dicha solo a ellos, el resto de los ciudadanos somos esquilmados por ese estado que ellos integran, conducen, protegen, preservan y usufructúan.
También se encuentra comprendidas por esta crisis todas las variables económicas y sociales que están desarticuladas ya que vivimos desde hace décadas con un crónico déficit fiscal y comercial que financiamos contrayendo deuda tanto interna como externa, el hecho es que logramos colmar nuestras posibilidades de endeudarnos, Tenemos un sistema tributario que lo trasformaron en un laberinto de disposiciones y reglamentaciones que solo resultan ser la maquina de impedir con el que pretenden insuficientemente financiar ese estado por ellos creado, monstruosamente grande e ineficiente y que solo es útil para obstaculizar a quienes producen, que si sirve para fomentar el trabajo en negro y la evasión impositiva, para finalmente ahuyentar a los contribuyentes decentes y eventuales inversores. Una administración publica nacional, provincial y municipal que para una mayoría resulta una beca vitalicia que usufructúan los amigos o amanuenses del poder. Una legislación laboral que solo sirve para fomentar el trabajo en negro y expulsar a inversores.
La enseñanza esta en niveles tan bajos que sorprenden cuando se los compara con los de las décadas del 30 o 40, nuestra salud pública endémica y frágil, nuestra cultura y tradición abandonadas al olvido, destruimos nuestro sistema ferroviario, liquidamos nuestra flota fluvial y marítima, nuestras rutas prácticamente son intransitables, nuestros recursos naturales están en manos de empresas extranjeras y/o de los amigos del poder valga como ejemplo, la pesca, la minería, las empresas de servicios, públicos, el sistema bancario con la excepción de los Bancos Nación y Provincia de Buenos Aires, las bodegas de Mendoza que en su mayoría pasaron a manos extranjeras, igual suerte corrieron las empresas frutícolas del Valle de Río Negro y Neuquén, la industria alimenticia y en particular las de conserveras, las grandes cadenas de supermercados , no controlamos nuestro comercio exterior de granos, perdimos la hegemonía que teníamos en el mercado mundial de carnes y así podemos continuar hasta el cansancio.
Sintetizando: los argentinos ocupamos un suelo que creemos nuestro pero que gran parte es de extranjeros: ejemplo las grandes estancias de la patagonia, trabajamos en muchos casos para mega-empresas extranjeras algunas inclusive monopólicas, tenemos hipotecado nuestro patrimonio y futuro con prestamistas extranjeros, en definitiva caímos en la más vergonzante de las servidumbres: la perdida de la dignidad. Era y es un secreto a voces en determinados estamentos de nuestra sociedad como, cuando, quienes fueron y son los encubiertos facilitadotes y socios de esta expoliación.
Algunos multimedios de información periodísticos, radiales y televisivos a nivel nacional que permanecen en manos de argentinos son quienes podrían denunciar estos despojos, pero muy por el contrario en algunos casos están al servicio de los depredadores históricos que desarticularon y arruinaron a la Argentina.
Si pensamos que de esta situación salimos con gradualismo, estamos la locos, debemos tomar conciencia y asumir la responsabilidad de volver a poner las cosas en su lugar, debemos acudir al ejemplo de los Padres Fundadores de la Patria, como lo fueron, San Martín; Belgrano, Moreno, Sarmiento, Avellaneda, Alberdi, Roca, Pellegrini y tantos otros. ¿Pero como lo hicieron? pusieron su inteligencia, decisión, esfuerzo, y pasión e inclusive dieron su vida y patrimonio para conformar una nación que fuera soberana y pujante.
Ellos lo lograron, nosotros todo lo destruimos.
Una especial situación enfrenta el mundo, una pandemia, históricamente las grandes calamidades como son las guerras y las pestes, provocaron grandes y profundos cambios en la conducta de los pueblos, en sus hábitos, en su conocimiento pero fundamentalmente ellos siempre condujeron finalmente a la unión y comprensión entre quienes padecieron estas calamidades. Esta situación debe alertarnos en muchos aspectos sobre nuestra conducta y proceder pero fundamentalmente a comprender que solo con la mutua colaboración, comprensión y unión superemos nuestras adversidades y así sin quererlo encontraremos el esplendor perdido y añorado.
Entonces: ¿No llego la hora de ponernos de pie y recuperar nuestra dignidad, identidad y patrimonio perdido? Quienes tenemos el privilegio de poder informar y expresar nuestras ideas y pensamientos, también debemos tener la responsabilidad patriótica e histórica de hacerlo con honor y honradez, con firmeza pero si también con flexibilidad intelectual y solo superando nuestras antiguas, necias, y vanas antinomias lo lograremos. Hoy tenemos un Presidente que con inteligencia, prudencia, coherencia y amigable buena fe, esta trabajando en encontrar este camino, nuestro deber y nuestra oportunidad esta en colaborar con el, solo así podremos comenzar la reconstruir la Patria Perdida.
Buenos Aires 18 de Marzo de 2020.
DIEGO LO TARTARO PRESIDENTE de IADER