¿Debemos privatizar el Banco de la Nación Argentina?

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Los empresarios Pymes como socios del Banco.

Hoy nos planteamos el debate: ¿el Banco de la Nación debe permanecer en poder del Estado nacional o debemos privatizarlo? Muchas son las razones que se invocan a favor y en contra de cada alternativa.
Analicemos cada una de ellas con su pro y su contra.
El Banco de la Nación Argentina nació como consecuencia de una de las más graves crisis económicas-financieras que padeció la Republica. Los objetivos que se fijo para su creación ese lucido estadista que fue Carlos Pellegrini se cumplieron con creces durante un siglo. Hoy con eficiente gerenciamiento quizás podría proseguir con el rol para el cual fue creado ya que esos propósitos siguen siendo vigentes y necesarios.
El Banco de la Nación Argentina se funda como consecuencia de la crisis del 90, cuando en medio de esa borrasca, quiebra el Banco Nacional. De inmediato surge el propósito de crear un nuevo y fuerte agente que sirviera a la producción, el comercio e impulsara a la incipiente industria.
Con estos fines se crea el Banco de la Nación; y ellos se vienen materializando sin pausa y con éxito desde entonces.
Hoy los profundos cambios que se operan en todas las estructuras económico-financieras del país y del mundo hacen necesario el aggiornamiento de todos los agentes económicos, ya sean estatales o privados. Esta adaptación a las nuevas circunstancias implica actuar con imaginación, creatividad y eficiencia.
¿Cuáles son las dificultades que atraviesa hoy el Banco Nación?
Es evidente que en el sistema bancario mundial los bancos comerciales están perdiendo espacio a favor de los bancos de inversión; esto impuesto por la propia globalización de los mercados cuya dinámica exige nuevos instrumentos financieros que los bancos comerciales no saben satisfacer.
El Banco de la Nación opera tradicionalmente como banco comercial; esto sumado a un gerenciamiento que no supo ser eficiente tal como lo exigen las actuales circunstancias, motivo quejas, disconformidad, perdida de negocios, en definitiva ceder espacio a favor de otras entidades gerenciadas con criterios modernos y dinámicos.
Si a todo esto sumamos los cambios operados por una sana política privatista es lógica la actual demanda de ciertos sectores por la privatización del Banco. Esto nos ofrece dos alternativas: total o parcial.
Si es total, significa que la Nación abandona los propósitos para los cuales fue creado el Banco. Si la privatización se realiza parcialmente, pero el nuevo socio es otra entidad bancaria, se corre el riesgo que en determinado momento por esos avatares de la política se lo privatice totalmente; es decir que ahora estaríamos demorando su transferencia a manos privadas.
Pero con su actual política, el Banco tampoco satisface los requerimientos que nos impone el mercado.
¿Cómo solucionamos el problema?
¿Con un nuevo gerenciamiento?
¿Ello es suficiente?
Mi respuesta es no.
¿Cual seria, entonces una de las alternativas que podría dar respuesta satisfactoria a quienes pretenden su privatización y a quienes se oponen a la misma, si ambos tienen su cuota de razón?
Creo que el Banco de la Nación debe privatizarse parcialmente, pero no desnacionalizarse.
¿De que forma logramos este propósito?
La misma podría ser modificar la Carta Orgánica del Banco.

  • Se privatiza el 70% del capital accionario. Las acciones (30%) que quedan en poder del Banco se transforman en acciones de cinco votos, las que se suscriben (70%) por oferta pública de un voto.
  • Se limita la tenencia de acciones a suscribir a un monto máximo de 50.000/100.000 pesos (a considerar). De esta forma atomizaríamos la tenencia accionaria privada. Tengamos en cuenta que todas las acciones deben ser nominativas y no al portador.
  • Se prohibe taxativamente sindicar las acciones de un voto evitando de esta forma la acumulación de votos.
De manera tal que el Gobierno de la Nación seguirá teniendo el control del Banco y podría continuar con su histórica política de asistencia crediticia. Este sistema de suscripción publica permitiría que todos los pequeños y medianos empresarios se transformen en socios del Banco y de esta forma sean le verdadero apoyo institucional dentro de la entidad financiera para llevar a cabo la tradicional política del Banco Nación.

Buenos Aires, 20 de Marzo de 1998

DIEGO LO TARTARO PRESIDENTE IADER