Todo el sistema Bursátil argentino y en particular la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y su Mercado de Valores se encuentran ante una crisis cuya realidad es insoslayable y que exige inmediatas definiciones ya que el tiempo nos juega en contra.
La carencia de políticas económicas coherentes, el aislamiento del mundo en que nos ubico la actual administración de la Presidenta Fernández de Kirchner, esta inevitablemente haciendo implosión. Las últimas y diferentes administraciones de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires continuaron actuando como autistas ignorantes de la realidad interna y externa. Olvidaron que siempre la Bolsa lideró en lo interno y acompaño en lo externo todas las corrientes modernas y progresistas de los países desarrollados.
Históricamente la Bolsa se caracterizo por no hacer política, pero si por tener políticas, esta especial concepción tan clara de su rol, que desde su fundación y durante décadas implemento, le permitió acompañar y liderar el crecimiento vertiginoso que tuvo la República hasta la década del 60 del siglo pasado. Esta política, fue dejada de lado ya que primaron las ventajas e intereses corporativos y no los institucionales, como consecuencia hoy el mercado se redujo a su mínima expresión. Nunca debemos olvidar el peligro que entraña un mercado bursátil reducido ya que cuanto más pequeño tanto mayor es el riesgo.
No vamos a insistir en las cifras de como el mercado bursátil fue comprimiéndose, solo basta ver a nuestros vecinos, hoy México, Perú y Chile unificaron sus Mercados de Valores, el mundo se dirige indubitablemente a la unión y asociaciones comerciales.
Que mensaje nos trasmiten estas políticas, que el crecimiento se vigoriza y acelera solo mediante la integración. Que nos enseña e indica esto, que debemos poner toda nuestra inteligencia y capacidad en integrar y unificar a todas nuestras Bolsas Regionales y consecuentemente de esta forma las empresas regionales entraran en la categoría de nacionales, crearemos un gran mercado tanto de inversión como de captación de fondos para estas empresas, consecuentemente los Bancos tendrán mayor capacidad prestable y a menores tasas para las pequeñas y medianas empresas. Así y solo así creceremos y tendremos empresas nacionales exitosas.
La Comisión Nacional de Valores (CNV) tiene una oportunidad histórica para cambiar el rumbo y en dar las condiciones para que estos objetivos se hagan realidad, si la desaprovecha o bastardea estos propósitos, nos encontremos ante un nuevo gatopardismo ya que cambiaran todo para que nada cambie. En ella esta puesta la mirada y las esperanzas del todo el empresariado del interior, hagamos votos para que nos conduzcan por el buen sendero.
Buenos Aires, 10 de Junio de 2013
DIEGO LO TARTARO PRESIDENTE IADER