Las Bolsas Regionales pueden apuntalar la inversión productiva

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La mayoría de las provincias tienen Bolsas de Comercio. Pero nadie las dinamiza. Pierde el país oportunidad de financiamiento para cien mil empresas y resigna inversión.

El impulso y desarrollo de los mercados de capitales regionales podría ser la fuente de financiamiento productivo faltante en la argentina. De acuerdo con estimaciones del Instituto Argentino para el Desarrollo de las Economías Regionales (IADER), si se potenciaran las Bolsas de Comercio Regionales, que existen hoy en la mayoría de las provincias aunque con escaso o nulo movimiento, se podría incrementar en más de tres puntos porcentuales la tasa de crecimiento de la inversión bruta interna (IBIF) y llevar esta variable cerca del 22% del PBI, a un nivel más acorde a las necesidades reales del país.

Actualmente, la única operatoria bursátil que existe pasa por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, un mercado que en las dos últimas décadas ha desechado a las pequeñas y medianas empresas. Allí, las Pymes, que son el motor de la economía tanto por su participación en el PBI y la inversión como por su capacidad de generación de empleo, no tienen espacio, y si bien se creo un panel Pyme, solo operan 7 empresas y con obligaciones negociables, es decir su movimiento prácticamente es inexistente. Al perder ese recinto, las empresas de menor tamaño disminuyeron sus opciones de financiamiento. Y es en ese punto donde aparecen las Bolsas Regionales: muchas empresas de tamaño mediano localizadas en diferentes lugares del interior del país pueden encontrar en esos mercados la forma de financiar capital de trabajo, incorporación de tecnología, nuevos negocios o ampliar su capacidad instalada. Incluso si se facilitara esta operatoria, podrían sumarse también algunas empresas pequeñas y por qué no, muchas grandes firmas que hoy están completamente ausentes de los mercados.

Existen aproximadamente 30.500 empresas medianas en la Argentina, que habrán generado en 2005 un valor agregado bruto de aproximadamente $155.000 millones (30% del PIB). Lo que es interesante observar, es que de acuerdo con nuestros sondeos, un 15% de estas firmas manifiesta estar dispuesta a abrir su capital en la Bolsa si encuentran allí posibilidades reales de financiamiento. Si estimamos que habría unas 1500 empresas medianas en condiciones de abrir su capital por un monto potencial de emisión que rondaría los $3.800 millones, en términos de la producción de este año, hubiera significado ello un incremento adicional de al menos 3,5 puntos porcentuales en la tasa de crecimiento de la inversión que llevaría a esta variable a ubicarse muy cerca del 22% del nivel de PIB a precios corrientes.

El aporte de la mayor capitalización bursátil a la inversión podría ser superior aún, si se sumara a las grandes empresas: hay cerca de 3.000 empresas grandes en el país en condiciones de cotizar, de las cuales solo operan apenas 105 firmas, un 3,5% del total.

Argentina tiene armada una importante estructura para apuntalar los mercados regionales. Hay Bolsas de Comercio con mercado en Mendoza, Córdoba, Santa Fé, Rosario (que esta integrada con la Bolsa de Cereales y domina prácticamente todo el mercado cerealero a nivel nacional), La Rioja (no opera), y otras sin mercado en Paraná, La Plata, Tucumán, Corrientes, Bahía Blanca. Si bien en la mayoría de los casos estas Bolsas funcionan como agentes de bolsas dedicadas a intermediar en las operaciones de la Bolsa de Buenos Aires, si se optara por desarrollar los mercados regionales, es importante tener en cuenta que la estructura está montada. Solo hay que reestructurarla y dinamizarla. Además, en poco tiempo estará funcionando una nueva Bolsa en la región Patagónica que ya cuenta con cinco proyectos en cartera, tres para lanzar Obligaciones Negociables de Pymes, y dos para cotización de cheques.


Fuente: IADER

Es reconocida la importancia que tienen las Pymes por su aporte a la economía, ya que son un elemento dinamizador de la coyuntura económica y productiva, grandes generadoras de empleo y semillero de emprendimientos que, con el tiempo pasan a formar parte de los grupos empresarios de vanguardia del país. En los últimos años muchos países han desarrollado paneles especiales o Bolsas propias para estas firmas. Londres, París, Italia, Alemania, EE.UU. son algunos casos donde desde mediados de la década de los ’90 se comenzó a impulsar la cotización de pequeñas y medianas empresas con alto potencial de desarrollo que requieren capital para consolidar su proceso de expansión. Para ello se han simplificado los requisitos y reducido el costo administrativo, al mismo tiempo que se buscaron formas de asegurar liquidez en esos mercados. Un ejemplo a tener muy en cuenta es el extraordinario florecimiento de empresas Pymes en los EEUU en las que apoyadas por los “venture capital funds” -fondos que invierten en títulos de empresas regionales y poco conocidas, que en muchos casos no están registradas en la Comisión de Valores y Bolsas (SEC), se transformaron en la revelación del mercado en los últimos tiempos.

El proceso de globalización de los mercados alcanzo a las grades bolsas a nivel nacional, limitando los agentes que concurren a conformarlo, oferentes e inversores. No hay duda que en el mundo las bolsas nacionales seguirán contrayéndose en cuanto a la cantidad de empresas cotizantes y expandiéndose en cuanto al capital a negociar. Este fenómeno se esta equilibrando con bolsas locales o regionales, que si están preparadas para dar solución a las necesidades de las empresas medianas, como así también satisfacer la posibilidad de colocación de los ahorros de pequeños inversores locales. Este es el actual escenario de conflicto y confrontación entre las grandes bolsas y las bolsas regionales. Ambas tienen que comprender que deben aprender a convivir y complementarse ya que tienen intereses comunes y convergentes.

La Argentina, tampoco escapo a este proceso de reconversión bursátil: la cantidad de firmas cotizantes se ha ido reduciendo vertiginosamente en los últimos años, llegando a un número actual de apenas 105 empresas, cuando cuatro décadas atrás se registraban 669 compañías cotizantes. Además, muchas Bolsas de comercio regionales creadas en su momento, dejaron de operar en tanto otras se limitan a actuar simplemente como agentes de la Bolsa de Buenos Aires. Indudablemente que esto significa una gran pérdida, que se nota en momentos de alta expansión económica como el que transita hoy el país y menor predisposición a financiarse a través del crédito bancario, lo que arroja como resultado algunas restricciones de oferta en diferentes sectores netamente Pymes. Las Bolsas Regionales pueden ser una gran alternativa para superar estos cuellos de botella, recuperar los mercados, e incentivar a las empresas localizadas en el interior del país a conseguir fondos emitiendo acciones u Obligaciones Negociables, que serán adquiridas en muchos casos por inversores ubicados físicamente en lugares cercanos a donde operan estas firmas, incentivando así tanto la oferta como la demanda de estos papeles, dos elementos de igual importancia para consolidar este sistema que es elemental en cualquier proceso de crecimiento que requiera de inversiones productivas.

Buenos Aires, 19 de Diciembre de 2005

DIEGO LO TARTARO PRESIDENTE IADER