La suerte de la firma Vicentín y su holding era previsible, la resolución adoptada por el Gobierno Nacional de su estatización va generar un largo debate con opiniones encontradas o suspicacias en cuento a intencionalidades ocultas, pero por la importancia de la empresa de alcance nacional e internacional, por la magnitud de su pasivo, por su preponderancia como empresa líder dentro del sector agro-industrial y exportador tan clave de nuestra economía, entendemos razonable que en las actuales circunstancias la decisión de su estatización, aunque con reservas por sus posibles posteriores implicancias de orden político. ¿Porque? Porque dejar que el concurso preventivo continuara su trámite dos eran las posibilidades: la quiebra o que algún grupo empresario multinacional monopólico extranjero la adquiriera.
Es tanto lo que hay en juego, que corresponde considerar que:
- Se evita la segura quiebra de muchos cientos de productores y Pymes que son acreedoras de Vicentin.
- Se mantiene y preserva la fuente de trabajo de miles de obreros y empleados en momentos de extrema desocupación.
- Se evita el derrumbe de cientos de empresas que prestaban servicios a Vicentin en todos los ordenes ya fueran en lo productivo, industrial, comercial y de servicios, también esto dentro de un contexto de crisis económica-social.
- Se mantiene en funcionamiento una de las empresas más grandes y lideres del sector.
- Se evita que otras empresas dominantes del sector la adquieran para monopolizar el mercado.
- Se evita la extranjerización de un sector clave de nuestra producción y economía.
- La quiebra hubiera significado que una legión de abogados, contadores, peritos, tasadores y amigos fueran los únicos beneficiarios de su liquidación.
Evitemos buscar intencionalidades en la decisión del Presidente Alberto Fernández, que nos pueden quizás llevar a equívocos, ahora si convengamos que no a sido muy feliz su expresión de «garantizar la soberanía alimenticia».
- Sí hay culpabilidades o responsabilidades en el Directorio de Vicentín, quienes deberán dar cuenta de su accionar a la justicia ya que en muchos casos se comprobará seguramente que fue irregular y punible, hace mucho tiempo que viene con un accionar que daba lugar a fundadas dudas en cuanto a cual seria el destino de la empresa.
- Sí hay culpabilidades o responsabilidades en funcionaros del Banco Nación Argentina y en especial de su ex presidente Javier González Fraga por el otorgamiento de desproporcionados créditos que escapaban su poder de decisión y a toda razonabilidad.
Conclusión: El Gobierno Nacional tomo un decisión audaz y riesgosa en un contexto de imprevisibilidad económica-social, suponemos que lo guió el propósito preservar el interés publico, privado, laboral y estratégico. Ahora sí: alejemos dogmatismos y desterremos ideas socializantes, porque como bien decía el escritor francés Honoré de Balzac «El socialismo, que presume de juventud, es un viejo parricida. El es quien a matado siempre a su madre, la República y a la Libertad, su hermana».
Buenos Aires 9 de Junio de 2020.
DIEGO LO TARTARO PRESIDENTE de IADER