Las fronteras de los estados en el tiempo resultan siempre mutantes, temporales y circunstanciales así nos lo demuestra la historia y valga como ejemplo Europa cuya geografía-política a través de los siglos fue conformándose y cambiando por diferentes motivos: motivos familiares o por matrimonios monárquicos, por medio de acuerdos económicos-comerciales (valga como ejemplo en América, Alaska) o mediante la conquista militar. Pero siempre el perdidoso previamente venia sufriendo crisis familiares en el caso de las monarquías o por crisis económicas y/o políticas, que luego circunstancias particulares motivaban y permitían ser aprovechadas por vecinos codiciosos de territorios, de riquezas o fundando en razones o cuestiones étnicas.
