Corrupción y probreza

Vivimos en un país potencialmente muy rico pero existencialmente con inmensos
sectores de su población sumidos en la pobreza, muchos de ellos en la extrema pobreza.
Ahora bien todo hecho tiene una explicación, entonces: ¿Dónde está el motivo para que los argentinos padezcamos este desequilibrio económico-social que hace décadas nos agobia? ¿Cuál es el elemento que todo lo corroe? Sí bien nunca hay una única razón, si las hay varias y convergentes, pero entre las razones primordiales está desde luego nuestra endémica corrupción y sus agentes los corruptos y los corruptores. Esta
calamidad social alcanza a vastos sectores de la dirigencia argentina sin distinción de
actividad, posición o profesión y su accionar desde hace décadas sin pausa e irremediablemente corroe a toda nuestra sociedad.

Ante el gran interrogante

A un mes de gobierno de Alberto Fernández las señales que está enviando en su conjunto son positivas, sin embargo en algunas áreas son confusas o contradictorias, este accionar dentro de un marco de extrema vulnerabilidad como el que encontró es sumamente peligroso, ponen en riesgo la incipiente estabilidad de los mercados y alientan ambiciones latentes de retornos no deseados.

Comencemos a despegar

Tenemos un Presidente que en su primer mensaje a la nación nos hablo con la verdad, nos invito al dialogo y al trabajo en común, para reconstruir lo destruido, pero no habían pasado 24 hs que ya tenia gremios que pararon el transporte en el ferrocarril Roca, el presidente ni lerdo ni perezoso a los 7 días ya tenia un paquete de medidas que en forma inmediata ponía en ejecución y otras que enviaba al Congreso para su tratamiento y sanción, pero quienes son los corresponsables directos o indirectos del derrumbe y de los escombros encontrados, inicialmente se resistieron a dar quórum en la Cámara de Diputados, luego la realidad los obligo a dar el necesario quórum.